6.4.09

Hurgando en la basura...

Un día más me acerco a esa plaza. Reina de los panfletos de turismo de la ciudad, indica el centro de la misma. Cada día me siento allí, y cada día se repiten las mismas escenas. Terminas conociendo a toda la gente, participas de sus vidas. Bueno no, de todas no. Bastan 5 minutos para que el primer inquilino llegue. Se acerca desinteresado por el universo de su alrededor, y hurga. Hurga en la basura, esperando encontrar un tesoro despreciado. No es el único. Pronto aparecerán otros. Jubilados, pensionistas, jóvenes, amas de casa… No hablan entre ellos, y tampoco se estorban. Cada uno tiene su turno. No vale llegar tarde. Es como hacer cola en la carnicería.



Parecen ajenos al paisaje natural y cosmopolita de la ciudad. Son entes que pasan desapercibidas. ¿Invisibles tal vez? No, in-mirables quizás. No existen, no son más que ruido en la imagen. Molestan.

Una bolsa del Mc Donalds cae al suelo. Una manzana rueda hacia la calle. Nunca será recogida por el barrendero. No pasan ni 5 minutos, cuando un busca tesoros da con ella. Está de suerte. Otros tendrán que hurgar en la basura. Tal vez, sea hora de que todos hurguemos en nuestra basura. En aquello a lo que negamos la existencia. Aquello que nos molesta. Nos avergüenza. Y preguntarnos quién ha caído más bajo. Quién tiene miedo. Quién debería avergonzarse. Quién vive rodeado de basura.

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