8.4.09

Hoy no llueve (menos mal).

Resulta que provengo de un lugar donde sabes cuando empieza a llover, pero no, cuando dejará de hacerlo. Pero por cosas de la vida, me encuentro en la antípodas climáticas. Sin embargo, aquí también llueve. Y ayer llovió. Todos los lugareños, anonadados y casi entusiasmados ante ese hecho, sacaron sus paraguas, todos en perfectas condiciones y a conjunto de sus vestimentas. Eso es mala señal. Los que viven bajo la lluvia constante lo saben. Esto indica que la gente no sabe manejar sus paraguas. Si no tienen ninguna varilla rota, o hilos colgando… mala señal. Y en efecto, fue un mal indicio.

Nada más salir de casa, me cruzo en una acera de menos de 2metros con tres señoras, con sus respectivos y combinados paraguas. ¡Oh! Y cual es mi sorpresa que ninguna hace el menor esfuerzo paragüil, para que yo pueda pasar. Así pues, cojo mi paraguas cual espada láser yedai, y con un esplendido juego de muñeca consigo pasar, sin empotrarme contra la pared, ni mojarme.


No me acababa de secar el sudor de mi frente, cuando me encuentro con más obstáculos. Esta ocasión, unos sufridos adolescentes con problemas más sofisticados que el mismo cambio climático. Eran 7. Yo una. Siete paraguas contra uno. Las injusticias de la vida. Tampoco se apartaron, ni levantaron los paraguas, sólo me daban una opción: darme la vuelta e ir al mismo sitio con ellos. Lo pensé, pero no me convenció la idea de ser la única mayor de edad, y lo que eso suponía. Otra vez más, giro yedai y vuelta a empezar.

¿Es que nadie sabe manejar un paraguas? En todo mi recorrido, solo una persona aparto el paraguas, y desquebrajo toda mi teoría, porque su aspecto delataba que era de un lugar donde todavía llovía menos: África. Entonces, ¿Por qué el resto de la gente, no tenía ese lugar del cerebro activado, que nos ayuda a mover el paraguas? Todo ello me llevo a pensar, que esta gente confunde el joystick con el paraguas. Sí, sí, creen que apretando un botón, o incluso mentalmente, el paraguas cambia de tamaño o de inclinación. Ellos piensan “35 grados a la derecha”, (después de haber calculado el viento, claro está), y el paraguas cambia. Pero no es así. Yo espero que la proliferación de WII-s cambie este sistema, y la gente comience a desbloquear su muñeca. Eso, o abogo por la creación de autoescuelas de paraguas. Yo admito, que en las zonas más lluviosas también existen numerosos infractores. Los más conocidos son “las viejas con paraguas, que caminan bajo los soportales, y hacen que los pobres incautos que salieron sin paraguas, tengan que mojarse para que pasen ellas”. Pero este asunto lo dejaremos para otro día.

Pues lo dicho, que menos mal que hoy no llueve.

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