8.6.09

Y al fin…¡Paz!

Por fin llego el 8 de Junio, y con él, la paz. Sí, paz. Ya no nos sentiremos observados, ni perseguidos por coches electorales revienta tímpanos. Y es que, una de las consignas de sus conductores es la de que no quede ser humano en la faz de la tierra, sin oír su lema electoral, gritado a berridos.




Caminas despreocupado por la calle, y oyes una musiquilla lejana, casi imperceptible. Prosigues tranquilo tu camino, pero… ¡Ya has sido detectado! Corren hacia ti, y la música se vuelve cada vez más estridente, hasta que el casette con los hits electorales se acaba. Entonces el conductor, alza su afónica y chirriante voz, y comienza a soltar mensajes inconexos: “Vota al partido X, porque… porque lara la laaa vota!”. Tras un par de “Mierda, mierda, debí comprarme el autoreverse”, “Mari Carmen no me llames, que te dicho que estoy trabajando..”, vuelve la sintonía mortal. Todo ello mientras consigue arrinconarte en un callejón sin salida, y obsequiarte con un panfleto.

Seamos realistas, nadie se lee los panfletos. ¡Si al menos trajeran un sudokus! O un par de chistes, ¡Ah no! Que de eso ya traen…Nunca entendí el humor político. Otra cosa sería que los repartieran por los baños públicos y privados. Ya que existe una ley de atracción inevitable entre el roca-asiento y la necesidad de leer. Además así, no terminaríamos memorizando los componentes y el modo de uso del champú. ¿Por qué el papel higiénico no trae instrucciones y el champú sí? No es que no sepa utilizarlo, pero me vendría bien introducirme en otros géneros literarios.

Volviendo a las elecciones, al fin podremos pasear tranquilamente, abrir el buzón sin que éste nos explote en la cara, y dedicarnos a lo que de verdad nos interesa: los componentes químicos del champú.

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