Son los amos de la ciudad. Más punkis que el mismísimo Sid Vicious forrado de tachuelas y escupitajos. ¿Quién lleva la contraria a una persona mayor? Nadie. No hay huevos. Es demasiado complicado. Por eso todas sus acciones se justifican con un “es la edad” “chochea”… Sí, es la edad. La edad de hacer todo lo que te de la gana, de ser libre, o como ellos lo llaman: de chochear.
Puedes vestirte como te da la gana. Eres tan macarra que no te importa combinar un vestido de corte “saco” de inmensas flores multicolor, con unas zapatillas a cuadros, y unos calcetines blancos con una raya roja y negra, (Gracias a lo cual la empresa de estos calcetines no ha sufrido ningún ERE o similar); sin olvidar los accesorios: véase bolsa de la compra, visera de los laikers, bastón con mango perruno, y colgante gigante para el móvil.
Las mujeres bien merecen otro apartado. A pesar de los años, siguen sintiéndose femeninas y mantienen intacta su sensualidad. Sí, porque ellos también lo hacen. De esta manera cuidan su aspecto más íntimo. ¿Quién no se ha visto sobrecogido e hipnotizado ante unas bragas de tal magnitud? Pobre adolescente del 2º, que fue sorprendido por el balanceo de las bragas que colgaban 3 pisos más arriba. La señora del 5º, toda una maestra del erotismo. Sexo aparte, ellas son las que mandan, y por eso van apoderándose de su franja de edad mientras los hombres van cayendo. ¿Serán los ataques del corazón consecuencia directa de la inmensidad braguil?

Volviendo al tema, ellas tienen el poder supremo, la supremacía de la especie. Ellas… ellas… pueden ponerse una bolsa de plástico en la cabeza, sin que ocurra nada. Absolutamente nada. Nadie osa recriminarlas. Es una especie de mafia. Cuando llueve, se identifican ante el mundo, y sobre todo ante ellas mismas. No es lo mismo una bolsa del caprabo, que una de Eroski. Hay jerarquías. Una vez más, el tamaño, sí importa. Una bolsa del corte inglés, colocada en todo su esplendor, sin recogerla tan siquiera un poco, es decir, mostrándola cual sombrero de cocina, es símbolo de poder. Sí, ella es la más punky del lugar.
¡Dios salve a la abuela!