26.2.11

Diferencia horaria


¿Por qué Telecinco sigue anunciando Friends a las 13.00 cuando empieza a las 13.45? Es un misterio... Lo mejor es que el mismo anuncio que predice eso, es emitido a las 13.40. Como si la gente pensara, "Ah... empieza a tiempo", "...se debe emitir desde Canarias..."

Lo peor son esos 45min que pasas viendo la terrorífica "Cosas de casa". Como si no te fueras a dar cuenta de que todos los personajes han cambiado de color. Por no hablar, de la poca gracia (y muchas ganas de llorar) que da la serie.

En fin, hoy he vuelto a poner Factoria de Ficción (lo de ficción debe ser por los horarios), y siguen anuncando Friends para la una. Pero en la tdt, ya incluyen otra serie de por medio... Que será, que será, que será...

19.2.11

Musicología trenaria

Un día más, las vicisitudes de la vida me llevan a coger un tren. Afortunadamente era de RENFE. Lo que te da más seguridad… seguridad de que va ser toda una aventura.

Me siento y me uno al sentimiento general de apatía trenaria. Y es entonces cuando entra él. No un “el” cualquiera, sino ÉL. Saca su guitarra y comienza el conciertazo. ¡Mierda! Acaban de cerrar las puertas, ¡¡ya no hay escapatoria!!¡¡Que alguien pare el tren!!

La canción (digo canción por decir algo) se llamaba “La quería a morir”. No, no se lo fui a preguntar, ni a pedir que me firmara las bragas. Lo deduje por la reiteración. La canción empezaba con un prometedor “yo era un holgazán…”, que siempre da confianza. Aunque también te hace preguntarte, ¿por qué no lo seguiste siendo? A partir de ahí, la poesía fue in crescendo.

“…me cosiste unas alas…” que puestos a coser… porque no le cosió la boca…

“…La quería a morir…”

“…el sonido de la tierra en las botas…” ¿Perdón? ¿Es que la tierra se le tira encima de lo mal que canta? ¿O no era tierra lo que escuchaba, y de lo que se reía su perro?

“…La quería a morir…” Y dale, ya nos quedo claro. Lo que me pregunto es lo que pensaba ella del tema.

Por eso, queridos compañeros “renficos”, y no sólo renficos, también de otros trenes: Unámonos, y exijamos el retorno del hilo musical a los trenes. ¿Acaso en la era del mp3 y del ipod, no es posible volver a oír el interminable sonido del hilo musical estándar? Ese, que te hacía entrar en trance y levitar. Ese que repasaba las grandes sintonías televisivas desde Bonanza al Equipo A. Lo que animaba ir al trabajo al son de “Me gusta que los planes salgan bien”. O escuchar el Aleluya de Haendel al llegar con 2h de retraso a casa. Eso sí que era musicota. Lo petaba en todos los trenes, y lo más importante: era capaz de silenciar a los entrañables sujetos que comparten su música con nosotros, cuando nadie lo desea.

¡¡Viva el hilo musical!

3.2.11

Niños cola cao.

¿Habéis visto el anuncio de cola cao? Sí, ese donde un montón de niños repelentes anuncian con su web cam su amor al polvo marrón. No sé que me desconcierta más… las ganas que tienen de ser linchados, o anunciar cacao levantando una pierna… Aunque claro, si su meta es terminar anunciando los yogures del Coronado, levantar así las piernas podría dar un giro inesperado a las siguientes campañas del yogurt verde.


Otro de los puntos clave del anuncio son los grumitos. ¿Cómo que grumitos? ¡He visto albóndigas más pequeñas! ¿Y a quién le gusta encontrarse con tropezones en la comida? Estos niños debían comer las papillas con cuchillo y tenedor, porque sino no lo entiendo.

Aunque la reina del cotarro, es la chica de 15 años del final. Con tanto meneo de melena no sé si estoy ante el movimiento Pantene, o es que comer tropezones suaviza el pelo. Y todo reafirmado con un “a mi que no me lo cambien”. Sí, que no te cambien el cerebro, porque de esa manera cuando pases los años, no te darás cuenta del daño creado.

Lo peor, es que está moda de que la gente se grabe en casa para salir en los anuncios se va extendiendo. Y no tiene nada que ver con el ahorro de pasta que supone para los publicistas y las risas que se echan viendo los videos. El último en llegar es Bisbal, con su Bisbivuelta. Si señores, ahora los niños además de agitar melenas y levantar piernas deben cantar. Esta vez para anunciar Nocilla. Vaya marrón, nunca mejor dicho. Con lo que nos había costado superar a Melendi anunciando chocolate a ritmo de “el chocolate que más me gusta”…

Con tanto marrón sólo me queda reivindicar lo blanco, es decir, las marcas blancas. Esas galletas “princesa”, ese “Cacao Cacao”… ¡Eso sí que era marketing!