Para mí el cartel que más
me intriga es el del PP. Ese cartel que durante un milisegundo crees que es parte
de la campaña de ven ven a vitaldent.
¿Habéis visto alguna vez dientes más blancos que los de Alicia Sánchez Camacho?
¡No son blancos, son más que blancos! En la escala de blancos necesitarían un
término nuevo. Estaría el blanco crudo, el blanco roto, el blanco nuclear, el
ultrablanco nuclear, el blanco de la señora del futuro que no sabe que tiene el
pelo beige… y más arriba de todos los blancos, el blanco Alicia. Yo creo si
existe Dios, ella y Sánchez Camacho van al mismo dentista. De hecho creo que si
hubiera un apagón, los carteles del PP iluminarían la ciudad. Eso sí que son
energías renovables.
Otro de los carteles que
más me gustan es el de ERC, con Oriol Junqueras al frente. Bueno al frente, al
lateral, al fondo, a la izquierda, a la derecha… porque ocupa todo el cartel.
Además parece como si el cartel estuviera pintado. Es mirarlo y pensar: “mira,
ahí está Oriol Junqueras I el conquistador, rey de los catalanes. Seguro que
viene de matar un dragón y cazar un jabalí para el almuerzo”. Sería más
respetable como decoración de un templo que el homo Ecce.
La imagen que han
escogido los del PSC es como ellos: sosa, sosa, sosa. De hecho es junto con la
de Ciutadans, las de carácter más…farmacéutico.
Pere Navarro podría ser la imagen de este año de “Gelocatil gripe”. Esa alegría en sus ojos, ¡ole, ole mi arma! Esa
nariz congestionada. ¡Ole! Vamos que solo le faltan los pajarillos del anuncio atacándole.
Merecido heredero de su antecesor el
alma de la fiesta el señor Montilla party, nos habla de la alegría de vivir, de
la esperanza y de “que él no lo haría. Apadrina un Pere Navarro”.
El de Ciutadans, a parte
de tener mal aspecto ¿Os habéis fijado en sus cejas? Son extrañamente
hipnóticas. Tiene tanta definición la cámara que puedes contar los pelos de sus
cejas. Además son muy diferentes una de la otra. De ve ser que una es catalana
y la otra española. Toda una metáfora cejíl.
Bueno y el de CIU, el súper
más Mas. Es verlo y ver al mesías. No sabes si pedirle un autógrafo o rezarle
un Ave María. Lo gracioso es cuando ves el cartel dividido en dos, a los lados
de una farola. El brazo de Más adquiere tal envergadura, que parece Mas Elastic
man. Es el hombre omnipresente, capaz de pegarte una colleja si no sigues sus masdamientos.
En fin, que cada uno vote
a quien quiera o que no vote. Pero hay que agradecer el humor de los políticos,
o de sus publicistas a la hora de hacer campaña. Y tranquilos que en breve las
ciudades dejarán de parecer un “pepito quiere ser tu amigo, ¿aceptas su
solicitud de amistad?” y volverán a iluminarnos con anuncios de vitaldent. Si es
que alguna vez dejaron de hacerlo.
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